Consiste en la aplicación de una presión positiva de aire de forma rítmica en miembros inferiores, superiores y abdomen.

La presión de aire mejora la circulación de la corriente sanguínea aumentando la oxigenación y revitalizando los tejidos. La presión de aire se aplica de forma controlada de acuerdo a las necesidades de las lesiones de cada paciente y a la parte del cuerpo que se va a tratar. Cada sesión de presoterapia dura generalmente de 30 a 45 minutos y el número de sesiones y de su frecuencia dependerá de la evaluación y los objetivos que se quieren lograr con la terapia.

Las ondas de presión estimulan el sistema circulatorio, favorecen el drenaje linfático y tienen como resultado una mayor oxigenación y la eliminación de los líquidos, grasas y toxinas que son el origen de los edemas, linfoedemas y trastornos venosos como las varices.